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Monllor y Díaz abogados de alicante

Si gano un juicio ¿quién paga mi abogado?

Si gano un juicio, ¿quién paga mi abogado? Esta es una de las preguntas más frecuentes que recibimos en el despacho, y no es para menos. Muchas personas que se plantean iniciar un procedimiento legal lo hacen con la preocupación de qué pasará con los costes judiciales si logran una sentencia favorable.

¿La parte contraria tendrá que abonar tus gastos? ¿Recuperarás todo lo que has pagado a tu abogado? ¿O, aun ganando, podrías acabar asumiendo parte de la factura? La respuesta depende de varios factores, como el tipo de juicio, la estimación de la demanda, la existencia o no de condena en costas y el acuerdo que hayas alcanzado con tu letrado.

En este artículo te explicamos con claridad si ganar un juicio implica que tu abogado te saldrá gratis o no y cómo se decide quién paga qué.

¿Qué son las costas judiciales?

Cuando hablamos de “costas judiciales”, nos referimos al conjunto de gastos derivados de un proceso judicial que, en ciertos casos, pueden ser impuestos a la parte que pierde el juicio.

Muchas personas piensan que si ganan un juicio recuperarán automáticamente todo lo que han pagado por su abogado, pero la realidad es un poco más matizada. Comprender la diferencia entre costas e honorarios profesionales es fundamental para saber si recuperarás o no lo invertido.

Diferencia entre costas y honorarios del abogado

Los honorarios del abogado son los importes que acuerdas directamente con tu letrado por la prestación de sus servicios. Pueden establecerse como una cantidad fija, por horas, o mediante un porcentaje sobre el resultado, tal y como vimos en el post “Cuanto cobra un abogado”.

Las costas judiciales, en cambio, son los gastos que genera el procedimiento legal y que puede estar obligado a pagar el perdedor del juicio si así lo determina el juez.

Tú puedes pactar con tu abogado unos honorarios concretos, pero si ganas el juicio y hay condena en costas, la otra parte solo estará obligada a pagarte una parte (normalmente calculada según baremos orientativos del Colegio de Abogados).

¿Qué incluyen exactamente las costas judiciales?

Las costas pueden abarcar distintos conceptos, dependiendo del procedimiento. Entre los más comunes se encuentran:

  • Honorarios del abogado (calculados según el baremo orientador, no el pacto privado).
  • Honorarios del procurador, si su intervención es preceptiva.
  • Gastos de peritos cuando han sido necesarios y reconocidos por el juez.
  • Tasas judiciales (cuando procedan).
  • Notificaciones, desplazamientos y otras gestiones procesales documentadas.

No se incluyen, por ejemplo, gastos de asesoramiento previo, consultas extrajudiciales o trabajos realizados fuera del marco del procedimiento.

En resumen, las costas judiciales no cubren siempre el 100 % de lo que has pagado, pero sí pueden compensarte en gran parte si hay condena a la parte contraria. En Monllor & Díaz, analizamos cada caso para anticipar con realismo si hay posibilidad de recuperar estos importes tras el juicio.

¿Cuándo se imponen las costas al perdedor del juicio?

Ganar un juicio no siempre significa que la parte contraria tenga que pagar todos tus gastos legales. Para que eso ocurra, el juez debe dictar una condena en costas, lo cual depende de determinados criterios jurídicos. En España, el sistema se basa principalmente en el principio del vencimiento objetivo, pero existen excepciones importantes que pueden hacer que cada parte asuma sus propios gastos, incluso si has obtenido una sentencia favorable.

Principio del vencimiento objetivo

Este principio establece que quien pierde el juicio paga las costas. Es decir, si el juez estima íntegramente tu demanda y no da la razón a la otra parte en ningún extremo, lo habitual es que el perdedor sea condenado a abonar los gastos procesales del ganador.

Este criterio busca compensar al litigante que ha tenido que acudir a los tribunales por un derecho claro que la otra parte no ha querido reconocer voluntariamente. De este modo, se desincentivan las defensas injustificadas y los juicios innecesarios.

Por ejemplo, un cliente nuestro interpuso una reclamación de cantidad contra una empresa que no le pagaba por un servicio prestado. Se ganó el juicio y, al estimarse totalmente la demanda, el juez impuso las costas a la empresa demandada, recuperando así parte de los honorarios legales.

Excepciones: mala fe, complejidad o estimación parcial

No siempre que se gana un juicio se imponen las costas a la otra parte. Existen situaciones en las que el juez puede decidir que cada parte pague lo suyo, especialmente cuando:

  • No hay mala fe por parte del demandado.
  • El caso es jurídicamente complejo, y puede haber dudas razonables sobre la interpretación legal.
  • La demanda ha sido estimada solo parcialmente. Es decir, se gana el juicio, pero no en todos los puntos reclamados.

En definitiva, la imposición de costas no es automática. Por eso, antes de iniciar cualquier proceso judicial, conviene analizar las probabilidades de éxito y las posibles consecuencias económicas, incluso en caso de ganar. En nuestro despacho de abogados en Alicante, estudiamos cada caso con honestidad y te ayudamos a decidir con criterio.

¿Se recupera todo lo que he pagado a mi abogado si gano?

Una de las dudas más habituales al iniciar un procedimiento judicial es si, en caso de ganar, el cliente podrá recuperar el 100 % de lo que ha pagado a su abogado. Aunque ganar el juicio conlleva la posibilidad de obtener una condena en costas a favor, eso no implica necesariamente que se recupere todo el dinero invertido. Las costas procesales cubren una parte de los gastos, pero no siempre se ajustan a los honorarios pactados con tu abogado.

¿Qué parte cubren las costas?

Las costas que la parte vencida está obligada a pagar se calculan conforme a unos criterios objetivos fijados por los Colegios de Abogados, conocidos como baremos orientadores de honorarios. Estas cantidades son, en general, más bajas que los honorarios que los abogados suelen pactar libremente con sus clientes.

Es decir, aunque ganes el juicio y el juez imponga las costas a la parte contraria, lo que recuperarás será lo que se fije en la tasación judicial de costas, no necesariamente lo que realmente hayas pagado.

Por ejemplo, si en un procedimiento mercantil, el cliente pacta honorarios por unos 2.000 €, pero el juez tasó las costas recuperables en 1.200 €, que es lo que terminó abonando la parte contraria. La diferencia la asume el cliente, de forma que los 800 € restantes deben ser asumidos por la parte ganadora del pleito.

¿Si quien pierde el juicio es insolvente, cómo recupero las costas judiciales?

Una de las situaciones más frustrantes tras ganar un juicio es descubrir que la parte condenada al pago de las costas judiciales es insolvente. Es decir, que no tiene bienes, ingresos embargables ni patrimonio suficiente para hacer frente a la condena. En estos casos, aunque hayas obtenido una sentencia favorable con imposición de costas, recuperar ese dinero puede resultar prácticamente imposible.

La sentencia que impone las costas genera un título ejecutivo, lo que te permite iniciar un procedimiento de ejecución para reclamar ese importe. Sin embargo, si el condenado no tiene recursos, el proceso puede terminar en una diligencia negativa de embargo, sin que se pueda recuperar cantidad alguna.

Por ejemplo, en una demanda por impago contra un particular que debía 6.000 € donde el juez condena al demandado al pago de la deuda y de las costas. Si al iniciar la ejecución  se comprueba que el condenado no tiene nómina, ni cuentas, ni bienes embargables, a pesar del éxito legal, el cliente no cobrará ni la deuda ni los gastos procesales.

En estos casos, la deuda sigue existiendo, y puede reclamarse durante años si cambia la situación patrimonial del deudor (por ejemplo, si recibe una herencia o empieza a trabajar). No obstante, no se garantiza su cobro inmediato.

¿Quién paga al abogado si gano, pero no hay condena en costas?

Ganar un juicio no siempre garantiza que la parte contraria deba pagar tus gastos legales. Hay situaciones en las que, a pesar de obtener una sentencia favorable, el juez decide no imponer las costas procesales. En esos casos, el vencedor del procedimiento judicial deberá asumir los honorarios pactados con su abogado, sin posibilidad de recuperarlos de la otra parte. Esto puede suponer un gasto importante, especialmente en casos largos o técnicamente complejos.

Por eso, es fundamental que antes de iniciar un litigio, tu abogado te asesore con transparencia sobre:

  • Las probabilidades reales de condena en costas,
  • El importe estimado que podrías recuperar,
  • Y la diferencia que asumirías tú personalmente en cualquier escenario.

¿Merece la pena litigar si tengo que pagar mi abogado, aunque gane?

Como has visto, la respuesta depende de muchos factores: el valor económico del conflicto, la importancia personal del caso, las probabilidades de éxito y, por supuesto, los costes legales que deberás asumir, aunque ganes.

En muchas ocasiones, el objetivo de acudir a los tribunales no es solo económico, sino también moral o estratégico: defender tu reputación, proteger un derecho familiar o laboral, o sentar un precedente frente a un proveedor, un cliente o una expareja.

Ahora bien, si no hay condena en costas o si la parte contraria no tiene solvencia para pagarlas, ganar puede salir caro. Por eso es tan importante contar con un abogado que te asesore de forma honesta desde el principio, analizando tanto las posibilidades jurídicas como los escenarios económicos.

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